Dedicado al profesor a I.F.Skliárov, de quien el autor oyó
por primera vez qué es una
"propiedad integrativa"
?`Qué tienen en común un radiorreceptor, un árbol, un átomo, una brigada de mineros y el texto de este libro? Todos estos objetos están formados por diversos componentes. Un radiorreceptor está formado por piezas electrónicas; un árbol, por raíces, tronco, hojas, etcétera; un átomo, por protones, neutrones y electrones; una brigada, por varios mineros; un texto, por palabras. Todos estos objetos poseen propiedades que no se pueden obtener mediante la simple adición o promediado de las propiedades de los componentes. La propiedad del radiorreceptor es transformar las ondas de radio en ondas sonoras. Esta propiedad no se puede obtener mediante la simple adición de las capacidades, resistencias e inductancias de las piezas por separado. La propiedad del árbol es formar semillas de las cuales pueden crecer nuevos árboles, algo que no se puede lograr mediante la simple suma de las propiedades de troncos, hojas, raíces, etcétera, por separado. La propiedad del átomo es formar enlaces de determinada energía con otros átomos, de tal manera que la energía total de estos enlaces no es ni la suma ni el valor medio de la energía de enlace de las partículas elementales. Una brigada de mineros durante una jornada laboral puede extraer más carbón que estos mismos mineros trabajando por separado. El texto de este libro provoca emociones que no son la suma de las emociones que las palabras que lo forman provocan por separado. La propiedad de un conjunto que no es ni la suma ni el valor medio ponderado de las propiedades de sus componentes se denomina propiedad emergente (propiedad emergente). Todo conjunto que posee una propiedad integrativa se denomina sistema. Nosotros mismos y el mundo que nos rodea somos un conjunto enorme de sistemas. El hombre está obligado a trabajar constantemente con sistemas. Por eso, la habilidad de predecir sus propiedades integrativas facilita frecuentemente nuestro trabajo. Sin embargo, las propiedades integrativas de los sistemas, por lo general, no son evidentes. Para predecir o crear estas propiedades es necesario dominar un instrumento que es denominado "enfoque sistémico". La aplicación correcta de este instrumento resulta fructífera tanto en las ciencias más complejas (economía, termodinámica, ecología) como en situaciones cotidianas. La omnipresencia de los sistemas hace de este instrumento un arma útil para cualquier persona, independientemente de su actividad, edad, formación y de otras cualidades. Enseñar a trabajar con este potente instrumento: he aquí el objetivo de este libro. El curso propuesto en gran parte tiene carácter filosófico. Y, como cualquier otro trabajo filosófico que se respete, no tiene intenciones de ser una "verdad absoluta". Muchos de los principios de este curso, incluidos sus fundamentos filosóficos, son cuestionables. Pero como se sabe, la filosofía no se puede enseñar, sólo se puede aprender a emplearla. Esperamos que este curso no sea tomado por el lector como un dogma o como un conjunto de instrumentos absolutamente perfectos, definido de una vez y para siempre, sino como un estímulo que incite al lector a crear y perfeccionar sus propios instrumentos que le permitan resolver los diversos problemas que surgen ante él. Debemos advertir desde el inicio mismo que este curso es absolutamente antropocéntrico. Es más, él se "centra" alrededor de un "antropo" concreto: el lector, ya que está destinado exclusivamente a ayudar al lector a resolver los problemas que aparecen ante él. Aquel que busca un conocimiento oculto no lo hallará en este libro. Aquel que se sienta dominado por ideas de servicio a un ideal lo considerará una infamia. Sólo quien se siente guiado por el lema "todo en nombre del hombre, todo por el bienestar del hombre... y este hombre soy yo" podrá leerlo con interés. Es necesario señalar que para el autor es importante la idea misma y no de dónde ella proviene. Por eso, una vez que ha captado una idea, la incorpora en su modelo del mundo (a veces al hacer esto la idea se modifica) y, frecuentemente, olvida su origen. El autor no siempre lee los originales. Es por eso que muchas ideas que no pertenecen al autor se dan en el texto sin citar la fuente correspondiente. Para compensar de alguna manera este defecto, al final del libro se ofrece una lista de trabajos de los cuales el autor tomó las ideas principales. ![]() |